Publicación escrita para la revista Zona 7.
Battlestar
Galactica surgió por primera vez allá en 1978 por el guionista y productor ya
fallecido Glen A. Larson, reconocido por la creación de algunas series que marcaron
una época y aún hoy en día poseen cierta fama como “Knight Rider”, “Magnum P.I”
y “The Fall Guy”, realmente Larson no tenía muchos dotes para crear algo
interesante, son series con escaso contenido ni tampoco es que fueran
renovadas, pero tenían algo que calaba en el público, en mi caso nunca calaron
ni siquiera la que me trajo a hablar de ella.
Pero
en el 2003 dos productores bastante reconocidos dentro del círculo televisivo,
David Erick y Ronald D. Moore, este último el guionista de 2 películas y 3 series
de Star Trek, recibieron la luz verde para realizar una re-adaptación en
formato de miniserie con 2 episodios, la curiosidad vino y entonces la crítica
recibió positivamente el proyecto así como el público. Mi expectación y la de
muchos crecieron cuando NBC anunciaría que la serie regresaba debido al éxito
obtenido, bajo el nombre de “Battlestar Galactica: Re-imaginated”, con
inversión británica, canadiense y estadounidense un 14 de enero del 2005 en los
EEUU se emitiría el primer episodio en el Sci-Fi Channel, conocido hoy como el
penoso SyFy.
Con
“33”, uno de los mejores episodios debut para una serie que a mi concierne,
inició un camino que se extendería hasta el 2009, galardonada con 3 Emmy y otra
veintena de premios Battlestar se transformó en referente del género para
producciones posteriores, aunque lamentablemente ninguna ha logrado acercarse a
la magnitud de esta, la cual más allá de batallas espaciales técnicamente
prodigiosas para un producto televisivo existe un argumento más oscuro y profundo
que se aleja completamente de su antecesora original.
¿De
qué va entonces Battlestar Galactica y a que se debe su éxito? Si usted nunca
la ha visto no es necesario que deba sentirse obligatoriamente atraído por el
género de ciencia ficción para encontrarle sentido a la trama. La narración se
desarrolla entre dos bandos, los cyclons, robots que poseen inteligencia
artificial, construidos por los humanos para facilitar la vida (en la versión
original fueron creados por una raza alienígena) y los últimos sobrevivientes
de las doce colonias de Kobol, planeta donde la raza humana tuvo origen y que
después se dividiría en estas colonias para conquistar otros planetas de la
galaxia. Cabe mencionar que es indispensable darle visionado a la miniserie que
estos señores produjeron ya que en ella se explica la premisa del porqué los
cyclons llegan a revelarse en contra de los humanos en la “Primer Guerra Cyclon”
hasta llegar a un tratado de paz durante 40 años, tiempo que le bastó a las
máquinas para evolucionar y transformarse en cyclons humanoides que se
infiltrarían en las doce colonias estableciendo una conspiración que
desencadenaría en una “Segunda Guerra Cyclon”, argumento donde inicia la
primera temporada. Otro detalle es que la serie también está compuesta por los
llamados webisodios, que son relativamente cortos y 2 películas producidas por
Sci-Fi con el fin de explicar huecos narrativos que eran dejados al cabo de las
temporadas, por lo que existe una cronología estricta para entender los eventos
que ocurren.
Tras todo ese material que cité anteriormente la serie va planteando un conflicto político-militar pero también religioso dentro de la propia resistencia (los humanos son practicantes en su mayoría del politeísmo, inspirado de hecho en la mitología griega porque adoran a los mismo dioses de estos y creen en una profecía escrita en los Rollos Sagrados sobre una 13 colonia existente en el planeta Tierra, solo unos pocos son ateos), volviéndose a veces un ambiente hostil tener que luchar además contra un enemigo común como lo son los cyclons (estos seres desarrollaron una creencia monoteísta) a pesar de las diferencias entre los poderes civiles y militares, comandados por la presidenta Roslin (Mary McDonnell) y el almirante Adama (Edward James Olmos) respectivamente. No existe vida alienígena, la lucha es solo entre los humanos y sus creaciones robóticas rebeladas, ahí es donde yace el valor de la serie que la distingue de muchas otras.
Tras todo ese material que cité anteriormente la serie va planteando un conflicto político-militar pero también religioso dentro de la propia resistencia (los humanos son practicantes en su mayoría del politeísmo, inspirado de hecho en la mitología griega porque adoran a los mismo dioses de estos y creen en una profecía escrita en los Rollos Sagrados sobre una 13 colonia existente en el planeta Tierra, solo unos pocos son ateos), volviéndose a veces un ambiente hostil tener que luchar además contra un enemigo común como lo son los cyclons (estos seres desarrollaron una creencia monoteísta) a pesar de las diferencias entre los poderes civiles y militares, comandados por la presidenta Roslin (Mary McDonnell) y el almirante Adama (Edward James Olmos) respectivamente. No existe vida alienígena, la lucha es solo entre los humanos y sus creaciones robóticas rebeladas, ahí es donde yace el valor de la serie que la distingue de muchas otras.
De
“Battlestar Galactica: Re-imaginated” no puedo negar que existen situaciones
absurdas en varios episodios y que su
final termina siendo de manera incomprensible bastante “Deus Ex Machina”, pero
eso no desmerita una historia compleja y que a veces era difícil de seguir por
los enigmas que poseía, los desarrolladores de la serie supieron hacerla fluir
y crearon un culto que hoy por hoy la ha hecho envejecer bastante bien dentro
del género.
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